Biografia
María Micaela Desmaisières y López de Dicastillo, nace en Madrid, el 1 de enero de 1809,
en una época turbulenta en que España estaba agitada por la Guerra de la Independencia.
Es un tiempo de revueltas políticas, sociales y eclesiales.
Es bautizada en la parroquia de San José el día 4 del mismo mes.
Su padre, Miguel Desmaisières Flores, era Teniente Coronel de los Reales Ejércitos.
Estuvo muy involucrado en la guerra y recibe condecoraciones por su gran valor. Muere en 1822.
Su madre, Bernarda López de Dicastillo y Olmeda, era Camarista de la Reina María Luisa e hija
de los Condes de la Vega del Pozo y Marqueses de los Llanos de Alguazas. Se vio obligada a
abandonar su hogar en la corte para seguir las vicisitudes de su marido y los azares de la guerra,
con la consiguiente pérdida de buena parte de sus bienes. Muere en 1841. De su madre recibió una
educación piadosa y de acuerdo a la clase social a la que pertenecía.
Tiene 9 hermanos, de los cuales sólo vivieron 3: Diego, Engracia y Lola. Los restantes
fallecieron prematuramente. La mortalidad infantil era un azote por aquellos años. Diego,
estuvo muy ausente por negocios y cargos diplomáticos, lo cual generó que Micaela se ocupara
de los intereses familiares, desarrollándose en ella un carácter enérgico y dotes de gobierno
y organización.
También se destaca en ella un fuerte amor a Jesús Eucaristía y una gran sensibilidad a las
necesidades de la gente más pobre y vulnerable. En 1839 hereda el título de Vizcondesa de
Jorbalán. Estuvo de novia con Don Francisco Javier Fernández de Henestrosa, pero esta relación
se deshizo ante el nacimiento de la vocación religiosa.
Tras el fallecimiento de su madre, una serie de circunstancias precipitaron su decisión de
orientar su vida al servicio de los más necesitados. Entre ellas, la más determinante fue
la visita que realizó al Hospital San Juan de Dios, donde pudo sintonizar con el dolor y
desamparo de tantas jóvenes que quedaron entrampadas en el mundo de la explotación sexual.
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Pone una casa para acoger a estas jóvenes y ayudarlas a rehacer su vida. Quería inculcarles
una profunda fe en Jesús Sacramentado y enseñarles algún oficio útil para su vida futura.
Pero no quiere estar al frente de esta obra y busca a otras personas que asuman esta misión:
una Junta de Señoras, unas religiosas francesas… pero nada de esto funcionó bien. Son años claves
en su vida: años de búsquedas, de confusión interior, de incertidumbres… Hasta que, respondiendo a
lo que Dios le pedía, decide dirigir ella misma la casa.
Luego otras mujeres (maestras del Colegio, otras jóvenes de su entorno social) se unen a Micaela,
atraídas por el modo de vivir el amor a Jesús Sacramentado y la entrega al servicio de la mujer
prostituida. Surge entonces la Congregación de Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y
de la Caridad. En 1856 se reúne el primer grupo, que con la aprobación eclesiástica, empezará a
vivir con su Fundadora un nuevo carisma. Micaela se ha convertido ya en la Madre Sacramento y ese
mismo año escribe las Constituciones de su Congregación que serán aprobadas por la Santa Sede en 1861.
Esta obra se extiende a otras ciudades: Zaragoza (1856), Valencia (1858), Barcelona (1861),
Burgos (1863), Santander (1865) y Pinto (filial de Madrid, 1864). 1856.
Recibió innumerables gracias eucarísticas y muchos dones místicos. Jesús le manifestaba
constantemente su ayuda, protegiéndola en los peligros y concediéndole hasta con milagros
los recursos que necesitaba para atender a sus hijas.
En agosto de 1865, la Madre Sacramento al enterarse de que en Valencia estalla una
epidemia de cólera, decide viajar en tren para ayudar a las religiosas y colegialas
de esa casa durante la epidemia. Se contagia de esta enfermedad de un modo irreversible.
Muere víctima de la caridad, al día siguiente de haber llegado a Valencia el 24 de agosto de 1865.
Fue canonizada por S.S. Pío XI el día 4 de marzo de 1934.
Hoy la Obra está extendida por 23 países.
Momentos Significativos en su Vida
Tres momentos en la vida de Micaela, dan origen a nuestra Congregación. Como adoratrices, nos gozamos y responsabilizamos de estos momentos carismáticos y celebramos que sigan vigentes en cada una de nosotras y dando vida a toda la Congregación.
En la visita al hospital de San Juan de Dios, en el que se recuperaban mujeres con enfermedades venéreas, Micaela, entra en contacto con la realidad de la prostitución. Y conoce una joven cuya historia le impactó. Y, a partir de ese momento, inicia un camino de búsqueda y respuestas. En su autobiografía nos cuenta: “De esta historia y otras muchas, nació mi primera inspiración de poner una casa donde pudieran vivir una temporada, instruyéndolas en la religión interín hallábamos modo de colocarlas o volverlas a sus casas”
-Madrid/ 6 de Febrero de 1844En esta fiesta Micaela recibe la fuerza del Espíritu Santo en una gracia mística. “...una luz interior, que obró en mí efectos muy marcados … Sentí un cambio de inclinaciones y una fuerza superior para vencerme en todo, presencia de Dios continua … un ansia que me devoraba por hacer oración … gran dolor de mis pecados ...” (Autobiografía, III, 4). Ella misma, trece años después, cuenta lo que le significó esta experiencia: “… lo vi tan grande, tan poderoso, tan bueno, tan amante, tan misericordioso, que resolví no servir más que a un Señor que todo lo reúne para llenar mi corazón”.
-Paris/ 23 de Mayo de 1847Expresión que ella escucha del Señor e interpreta como su voluntad, motivo por el cual decide irse a vivir para siempre con las mujeres desamparadas y explotadas sexualmente.
-Madrid/ 1850